Para el suelo cortamos la bandeja de porex dejando solamente la base y tallamos con un punzón de punta roma las losas haciendo el dibujo deseado.

Podemos reforzar la base de porex con un trozo de contrachapado de las mismas dimensiones que el suelo del pesebre y lo pegamos a la base de porex. De este modo evitaremos que se nos flexione, además de ofrecer más resistencia y durabilidad a la construcción.

Para las paredes cortamos tacos de porex de alta densidad (amarillo) del grueso que queramos darle a las piedras. Con la lima de uñas raspamos un poco las aristas para darles forma y con el cepillo de púas metálicas damos pequeños toques en el porex para simular la textura de la piedra.

Montamos las paredes piedra por piedra pegando las piezas con el pegamento de contacto especial para poliestireno, dándole la forma deseada. En este caso he hecho un pesebre medio derruido.

Para las vigas usamos un listón de madera de balsa del grosor que deseemos. Suavizamos un poco las aristas con la lima y aplicamos muescas en la madera para simular el paso del tiempo y las pegamos a la construcción

Pintamos tanto el suelo como las paredes en los tonos que deseemos, dejando secar perfectamente de una mano a otra.

En esta ocasión he utilizado como tono base para el suelo un siena tostado; una vez seco he aplicado una veladura de gris piedra; otra de siena natural y por ultimo, una veladura de verde musgo para simular las humedades de la piedra.

Para las paredes la base ha sido un siena natural, al que posteriormente le he aplicado con la técnica de pincel seco una mano de siena natural mezclada a partes iguales con amarillo y marfil. A continuación una veladura de marfil y para rematar, una veladura en piedras salpicadas de anaranjado y en los bajos una veladura de verde musgo, para imitar igualmente las humedades.

En el caso de las vigas, la ventana y el pesebre de los animales he mezclado a partes iguales marrón chocolate con gris piedra como base, Le he dado algunas pinceladas a pincel seco del gris piedra y le he dado una veladura muy aguada de marrón chocolate.

Cortamos las cerdas de una brocha gorda de pintor al tamaño adecuado para nuestras figuras. Aplicamos una mano de cola blanca al suelo y espolvoreamos las cerdas sobre él para simular la paja.

A continuación cortamos las ramitas de sabina que previamente habremos secado prensándolas en papel de periódico; para que no se rompan las hojas de sabina las he sumergido en cola blanca rebajada con agua al 50% y las he dejado secar. Pegamos sobre las vigas para rematar la techumbre.

Y ya tenemos terminado nuestro establo en ruinas. Para adornarlo y completar la escena, sólo tienes que usar tu imaginación.